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Artículo

Madres que trabajan

En México 1 de 4 hogares es mantenido en su totalidad por una mujer. Para vivir al límite sólo se necesitan tres cosas: ser mujer, trabajar fuera de casa y tener hijos.

En la actualidad, divididas entre los hijos, el marido y la vida profesional, las mujeres que trabajamos vacilamos entre varios conceptos: la autoestima-satisfacción, ansiedad- culpa y salud física:

La motivación que hace a una mujer salir de su casa a “trabajar” es esencial, el saber ¿que la mueve a salir de su hogar? si es la necesidad o es simplemente el sentirse útil y productiva. Generalmente comienza por ser la “necesidad” la que empuja a la mujer a buscar un trabajo remunerado y ya una vez que comienza a probar las mieles que implica ser una persona productiva es que se combinan ambas motivaciones.

Sin embargo dentro de el mundo de las mujeres que trabajan quisiera centrarme en las mujeres que “disfrutan de trabajar” ya que aún con sus aspectos muy positivos, como todo en la vida tiene su contra peso y algunas facturas pendientes por cobrar…

Me gustaría comenzar por los primeros conceptos: La Autoestima y la Satisfacción.

VENTAJAS DE LAS MUJERES QUE TRABAJAN

Una de las satisfacciones más grandes del ser humano en general es la de sentirse, productivo, útil e independiente. Cuando una mujer encuentra a estos ingredientes dentro de su labor, se vuelve una persona comprometida con ella misma y con su trabajo.

Al lograr este nivel de satisfacción su autoestima y su auto concepto se eleva, y cuando esto es así la relación que ella establece con el mundo que le rodea es mucho más sana y positiva.

Una mujer que trabaja puede lograr una independencia económica de su marido logrando así que el vínculo que los una sea el amor y el respeto mutuo, “no la necesidad”.

La relación con su marido e hijos puede ser de mucha mayor calidad, respeto y admiración.

PRINCIPALES DESVENTAJAS

Una mujer que trabaja en ocasiones tiene que delegar algunas de las labores de madre y eso causa mucha ansiedad y mucha culpa.

Al terminar su jornada laboral llega a casa a comenzar con otra jornada de trabajo quizás aún más pesada. Generalmente llegan a revisar tareas, bañar y dormir niños, ordenar la casa, lavar ropa y todas las actividades mismas del hogar (que no se hacen solas).

El nivel de estrés que acumula una mujer que trabaja es muy alto y desafortunadamente en la mayoría de los casos se hace caso omiso de las señales de estrés y de agotamiento por lo que estas mujeres generalmente terminan por desarrollar algún problema de origen psicosomático, como gastritis, colitis, neuro-dermatitis, trastornos de sueño (no duermen bien a pesar del cansancio), fuertes dolores de cabeza, caída excesiva del cabello, trastornos de la alimentación entre otros padecimientos.

Las mujeres que trabajan llegan a la clínica con los siguientes motivos de consulta o con las siguientes “quejas”.

Con respecto al marido:

•Porque no le gusta que “me arregle tanto para ir a trabajar”.

•Porque me tiene muchos celos profesionales y odia que gane más que él.

•Porque no quiere que “descuide a los niños”.

Con respecto a los hijos:

•Porque van mal en la escuela y las maestras dicen que es por mi “culpa”.

•Porque los niños tienen mala conducta y “seguramente quieren llamar mi atención”

•Porque me siento terriblemente culpable por tener que dejarlos y “creo que soy una muy mala madre” (esto sobre todo cuando sus hijos son aún bebés)

Con respecto a ellas mismas

•Porque sufro de acoso sexual de mi jefe y no se que hacer para manejar la situación y conservar mi trabajo

.•Porque me cuesta trabajo hablar en público y mi trabajo me lo exige en juntas y congresos.

•Porque siento que no voy a poder con un ascenso

.•Porque me cuesta mucho trabajo relacionarme buen con mis compañeros de trabajo.

•Porque tengo obesidad y me rechazan.

•Por síntomas psicosomáticos antes mencionados.

Sin embargo después de haber atendido a muchísimas mujeres con diferentes motivos de consulta, el pronóstico sea cual sea que las llevó a terapia es más favorable cuando las mujeres trabajan recibiendo una remuneración por ello que las mujeres que aunque trabajen muchísimo en el hogar NO RECIBEN retribución por hacerlo, y desafortunadamente ni siquiera el agradecimiento en muchos de los casos. Dice un refrán popular “el trabajo del hogar te embrutece, te envejece y nadie te lo agradece”…

Y la razón es muy simple, una mujer que tiene la posibilidad de salir de su casa desarrolla muchos recursos internos para desenvolverse en el mundo sea cual sea su actividad.

Estela Durán Mena, Ph.D.

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