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Autoestima en niños

La autoestima es la base a través de la cual se cimienta la personalidad de un individuo. Si esta base esta fracturada desde sus inicios seguramente la persona se verá cimbrada ante cualquier dificultad de la vida. Por eso es FUNDAMENTAL conocer cómo se va creando la autoestima y el autoconcepto.

La primera etapa de la formación de la autoestima increíblemente se va desarrollando desde el mismo momento en que nuestra madre se da cuenta de que venimos en camino ¿qué pasó en ese momento? Fuimos aceptados o fuimos rechazados, ¿fuimos deseados? o ¿ acaso llegamos en un muy mal momento para la vida de mi madre? ¿quiere que nazca? En fin… Los sentimientos que la madre experimenta en esos momentos son transmitidos al bebé y sembrados en su estructura inconsciente.

Luego viene “la noticia para el padre”, ¿qué paso? ¿cómo reaccionó? ¿esta feliz? o ¿se enojo con mi mamá? ¿me acepta o me rechaza? Todo esto el bebé lo conoce a través de las sensaciones que la madre le está transmitiendo.

Y así sucesivamente se van sembrando las sensaciones de aceptación o rechazo en los diferentes contextos que rodean a la madre; la familia, los amigos, la escuela o el trabajo, etc.

La segunda etapa que es el momento más crítico en la formación de la base de la autoestima a nivel inconsciente es en el momento del nacimiento, todas las reacciones ahora si están “a flor de piel”; el bebé experimenta en carne propia el grado de aceptación o de rechazo de su madre, de su padre de sus abuelos y tíos principalmente.

No son pocas las personas que en un principio se ven sorprendidas por la noticia de que viene un bebé en camino pero en el momento del nacimiento, es decir, ya que lo tienen en sus brazos las cosas van mejorando notablemente. Aunque también no es raro ver el efecto contrario, un bebé que era aparentemente esperado con mucho amor, se encuentre con emociones y acciones de rechazo.

La tercera etapa de la formación de la autoestima se lleva a cabo en la niñez, en donde se establece la figura de autoridad y la forma en la que ésta se ejerza será decisiva. En este sentido cualquier extremo es malo, tanto la autoridad violenta y flagelante como la actividad sobreprotectora , pueden paralizar e inultilizar al individuo.

La figura de autoridad debe estar claramente definida y establecida, evitando la ambigüedad en la medida de lo posible. Los límites deben establecerse en forma clara y precisa con el afán de que el niño sepa perfectamente lo que puede o lo que NO puede hacer.

Los límites les permite mantenerse seguros, saber cómo interactuar con su entorno y finalmente les da el mensaje de que nos preocupamos por ellos y queremos asegurarnos que están protegidos y guiados. Es como pintar las rayas en una carretera para evitarles un choque de frente.Los límites deben ser fijados con firmeza pero con amor y con el cuidado suficiente de no lastimar al momento de establecerlos. El manejo adecuado del lenguaje es fundamental para la sana formación de la autoestima. Por poner un ejemplo imaginemos a un niño que acaba de ensuciar la hermosa sala blanca de mamá. No se le debe decir “ERES UN COCHINO”, lo más adecuado es criticar la conducta NO al niño, es más sano decir “LO QUE HICISTE FUE UNA COCHINADA”. El lenguaje determina y si se establecen los límites a un niño diciéndole por ejemplo “ERES UN TONTO”, “ERES GORDO”, “ERES UN PERDEDOR”, lo estamos predeterminando a que lo sea, le estamos grabando en su estructura inconsciente esos mensajes como decretos que más adelante llevarán a cabo cabalmente porque fueron hechos por su “figura de autoridad” a quien no se le debe desafiar.

Por otro lado no nos podemos pasar al extremo de decirles “ERES EL MEJOR”, “ERES LA MÁS BONITA”, “EL MÁS INTELIGENTE”, ya que podemos crear verdaderos inadaptados sociales, tenemos que tomar en cuenta en este sentido que siempre habrá alguien más lindo, más rico, más hábil, etc.

Algunos TIPS para ayudarlos a formar una buena autoestima y un buen auto concepto son estos:

•Dales la oportunidad de que experimenten y en todo caso permitirles que se equivoquen, no les hagas todo y les resuelvas la vida.

•Que se sientan respaldados y apoyados en las buenas y en las no tan buenas.

•No lo compares, ni con amiguitos, ni con primos y mucho menos con sus hermanos.

•Cumple lo que dices, sea lo que sea, para que seas confiable. Sobre todo en el establecimiento de límites, premios y consecuencias.

•Jamás les condiciones tu cariño “si me traes buenas calificaciones te quiero, si no ¡NO!”

•Los elogios bien aplicados pueden ser herramientas maravillosas para el aprendizaje.

•Darles la oportunidad de elegir por ejemplo sus clases “extra” de música, o de deportes o de arte, para que tengan la oportunidad de descubrir sus verdaderos talentos.

Establece un vínculo de confianza, escúchalos, aunque sea unos minutos TODOS los días, además de transmitirles que te interesas por sus cosas o aventuras podrás descubrir mucha información de lo que sucede a su alrededor que es en ocasiones de VITAL importancia para protegerlos y orientarlos.

Nuestra misión como padres es ayudarlos a que se sientan bien consigo mismos, que sean amigos de su imagen, sepan que son muy capaces y que tienen las herramientas necesarias para poder enfrentarse a los desafíos de la vida. Y si por alguna razón ya hemos identificado que algo anda mal en su estructura base de Autoestima y de Seguridad, debemos buscar ayuda profesional lo antes posible para evitar daños a largo plazo.

Estela Durán Mena, Ph.D.

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