¿Sabías que más de un 70% de la gente está a disgusto en su trabajo o en su actividad laboral?. Tenemos que preguntarnos si en nuestra área laboral, realmente desarrollamos nuestras habilidades ó simplemente incrementamos nuestras debilidades?
El origen de esta insatisfacción comienza desde la elección misma de la carrera o la actividad a realizar. Muchas veces esta decisión tan importante se toma a la ligera y se realiza con base en las modas del momento, en lo que otros amigos o compañeros deciden estudiar o realizar, en lo que vemos en los medios. Esto no es suficiente.
Es importante tratar de basar nuestra decisión en nuestras fortalezas ó habilidades para poder definir adecuadamente a lo que nos queremos dedicar, Por sus repercusiones, esta es una decisión de vida tan importante como lo es la elección de pareja, de casarse, de tener hijos, de vivir en otro país, etc.
Cuando somos jóvenes se puede erróneamente, tener una imagen sesgada de nuestras habilidades y nuestra decisión puede apuntar a los que nos gusta en el momento, y es que hay cierta edad en donde muchas veces nuestros intereses varían tanto como el clima, y algo que nos gustaba ahora termina siendo relegado en el olvido meses después.
En este caso lo más importante es preguntarnos, ¿Qué me gustaría hacer de forma productiva para vivir y en dónde me gustaría estar, dentro de 10 años,? Y esto implica definir un proyecto de vida , el cual seguramente nos hará obtener una toma de conciencia de una vocación más real. Hay que conectarse internamente.
Suele ocurrir que en los primeros años de carrera, se da un un cambio de intereses y entonces el joven decide, de la noche a la mañana, por ejemplo, dejar su carrera de medicina para seguir marketing.
Cuestionarse la carrera que uno eligió, no debe ser interpretado como síntoma de debilidad, sino como la posibilidad de repensar mejor el futuro individual que es determinante para lograr un buen equilibrio emocional. Lo ideal es decidir adecuadamente desde el principio.
La vocación significa LLAMADO, por este motivo, se piensa históricamente que la elección de una carrera es ó debería ser algo tan sencillo como actuar conforme a ese llamado interno que nos indica lo que queremos ser.
Los Psicólogos solemos hablar de la importancia de lograr el equilibrio ideal entre los roles heredados (p.ej. tradición familiar), adquiridos (p.ej. trabajos bien remunerados pero sin retos) y deseados (p.ej. aquellos que estimulan tanto que incluso se está dispuesto a hacerlos gratis o pagar por ellos) a fin de ser felices. Es en este momento cuando se llega a hacer lo que a uno realmente le llena y además ... se puede vivir de ello!!!!.
Sin embargo este balance no es común, si bien algunos tienen definida claramente su profesión desde una edad temprana, para otros la elección de una carrera puede ser un proceso verdaderamente difícil, que llega a ser traumático, cuando al tiempo de haber estudiado, descubren que la carrera no cubre sus expectativas. Y no hay nada más terrible que odiar la profesión que se eligió.
Quienes pasan por esa experiencia se preguntan porqué llegaron a ese momento, y, lo que es más preocupante, no saben cómo solucionarlo por tener el proceso muy avanzado. Momento para comenzar con una fuerte y permanente frustración.
Mucha gente acepta o cambia de empleo sólo por el dinero y terminan deseando seguir en su anterior trabajo, que aunque no era tan bien pagado, por lo menos era más interesante, y le hacía sentir satisfacción personal y no sólo económica, por eso mismo no tiene caso cambiar de empleo si antes de hacerlo no se ha encontrado lo que te agrada hacer.
El estado de inconformidad se puede manifestar con sensación de depresión, tristeza o apatía, frustración, emociones que se manifiestan no sólo en el trabajo, sino también en las relaciones personales.
¿Tu estadía en el trabajo es una constante agonía? ¿Odias lo que haces, odias al jefe, odias a todo y a todos?
Muchas personas que se encuentran insatisfechas con el empleo que actualmente tienen, probablemente estarán pensando que no hay nada de positivo, desgraciadamente como se mencionó al principio de esta reflexión, las estadísticas dicen que, ¡el 70% de la población mundial se levanta todos los días con desgano y odia su trabajo!
Y si estás llegando al punto de que no te explicas ¿cómo es que pasas más de la mitad de las horas del día en un lugar que no te permite desarrollarte como ser humano?, tal vez la única razón de tu permanencia es que necesitas el dinero, que aunque sí es muy necesario, ¡ NO ES LO MAS IMPORTANTE!
Esa sensación de insatisfacción está afectando las relaciones con tu pareja, con tus hijos, con tu familia y amigos y en todas las áreas de tu vida…
Entonces deberás pensar detenidamente como redefinir tu proyecto de vida vocacional y laboral. Nunca es demasiado tarde. Está comprobado que las personas que se sienten plenas en su área de trabajo, haciendo lo que les gusta aplicando sus habilidades, obtienen por consecuencia lógica un mejor nivel de vida, tanto emocional como económico, son más felices, hacen felices a los demás y disfrutan más de los aspectos de la vida
.¡DETENTE! Haz un alto en el camino, date un tiempo para reflexionar y para darte cuenta que es de SABIOS cambiar de opinión y que es de VALIENTES emprender algo diferente pero que te dará la satisfacción que tanto anhelas y que es finalmente el fin del ser humano en esta vida: el poder realizarse plenamente!!!!.
Estela Durán Mena, Ph.D.